En los últimos años han proliferado con fuerza los talleres que ofrecen neumáticos de ocasión, como alternativa para usuarios (casi el 90% son particulares) que no quieren invertir mucho dinero en renovar sus cubiertas, o bien porque la antigüedad del coche no lo aconseja. Se da la circunstancia que desde hace ya casi 10 años en España se importan más neumáticos de los que se exportan, pues muchos de los neumáticos de ocasión provienen de otros países europeos. Pese a todo, muchos usuarios siguen desconfiando, no sabemos si con razón a no, en estas piezas esenciales para la seguridad del coche y de sus ocupantes durante la conducción. A continuación tratamos de analizarlo.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que el estado de un neumático no solo depende de la profundidad de su relieve, aunque la ley establezca un mínimo de 1,6 milímetros como límite legal. Pues no. Hay otros aspectos que también son importantes como grietas, bollos o desgastes irregulares, entre otros. Afortunadamente, la mayoría de los distribuidores de neumáticos de segundo uso vigila cada uno para no poner en el mercado cubiertas defectuosas.
Se estima que cerca del 22 % de los neumáticos de ocasión que se distribuyen tienen una vida útil por delante de un 40% (si el 100% correspondiera a un neumático por estrenar). Por el contrario, al 60% aún les queda la mitad de su vida y al resto muy poco tiempo. En cuanto a su procedencia, la mayoría provienen de vehículos en modalidad de renting (cuyos neumáticos deben sustituirse por contrato transcurrido un tiempo, se hayan desgastado o no), de coches que han sido jubilados por otros problemas no achacable a sus neumáticos o de automóviles que han tenido que sustituir un neumático y se les ha obligado a hacerlo también con los restantes.
Alguno de los argumentos que señalan los detractores de los neumáticos de ocasión son que se desconoce, en la mayoría de los casos, su procedencia (algo que resulta casi imposible a los distribuidores) o que pueden contener defectos ocultos a la vista (la estructura interna solo puede observarse con maquinaria especializada). Por el contrario, los defensores de los neumáticos de segundo uso (como también son conocidos) apuntan que aparte de ser mucho más económicos, también tienen otras ventajas como ser más respetuosos con el medio ambiente (pues se evita que se llenen los vertederos de cubiertas con vida útil por delante) o ser una alternativa para disfrutar de artículos de primeras marcas frente a neumáticos nuevos de marcas desconocidas.
Con todo, es muy importante saber cuándo hay que cambiar los neumáticos tengan el origen que tengan. Aparte del ya conocido límite legal, también se deben cambiar cuando se aprecie un desgaste irregular entre la banda exterior y la cara interior; pierda la presión con bastante frecuencia o si la goma se observa cristalizada o tenga una edad excesiva (se recomienda hacer una revisión transcurridos cinco años de su fabricación). Lo importante es que los distribuidores dejen claro que se tratan de neumáticos de segundo uso (o de ocasión) y que no traten de dar “gato por liebre” a sus usuarios. En Grupo La Negrilla, un taller de neumáticos en Sevilla con más de 10 años de experiencia en el sector, defienden a los neumáticos de ocasión porque todo el proceso está controlado y es completamente legal. Además, sostienen que ofrecen total transparencia e, incluso, garantía de devolución si el cliente observa alguna anomalía en los neumáticos varias semanas
